Reina y Señora de la Familia Franciscana

A lo largo de año nos encontramos con varias fechas en las que la Virgen tiene una resonancia especial. El mes de mayo nos lo confirma. Es el mes dedicado a María; el mes de las flores.

Reina y Señora de la Familia Franciscana


(Imagen de la Divina Pastora, Manuel de Samaniego (atribuido)
Óleo sobre tela, s XIX. Museo Colonial, Bogotá. Colombia)


En nuestra tradición cristiana mantenemos una serie de rezos y ritos en los que la Madre ocupa el centro. Sabemos desde hace mucho tiempo que Dios tiene entrañas de madre. Lo aprendimos del profeta Isaías. “Como se preocupa una madre por su criatura, así se preocupa Dios por nosotros”. 

Al volver nuestra mirada a la vida y espiritualidad de san Francisco recordamos que él también tenía entrañas de madre para con sus hermanos y quería que los frailes se ocuparan y preocuparan unos de otros con corazón de madre. La palabra “madre” que tanto le gustaba a san Francisco es mucho más que una invitación a la dulzura y al servicio. María era para el Poverello modelo y ejemplo. Francisco amaba a todas las criaturas con todo su ser, pero de modo especial, “amaba con indecible afecto a la madre del Señor Jesús; por eso la constituyó abogada suya y de todos los hermanos”. Él eligió ser pobre porque Cristo y su Madre fueron pobres y vivieron pobres. Solía decir: “hermano, cuando ves a un pobre, ves un espejo del Señor y de su Madre pobre(2Ce 85).

La historia franciscana nos muestra la predilección de Francisco por los lugares marianos, es decir, por todas esas iglesias que estaban puestas bajo la protección de María. Por eso no es de extrañar que en la familia y tradición franciscana la Virgen tenga un protagonismo especial. En el rezo del rosario solemos añadir a las letanías la de “Madre de la Orden franciscana, Ruega por nosotros”, pues desde el Capítulo General celebrado en Toledo el año 1645 la Orden se puso bajo la protección de María Inmaculada, a la que declaró Reina y Señora de toda la familia Franciscana. 

En la tradición capuchina, un día antes del domingo del Buen Pastor, celebramos a María como Madre del Buen Pastor, la Divina Pastora. Esta fue una manera de acercar la figura de María al pueblo sencillo mostrando la sencillez y la humildad de la Virgen que cuida a sus hijos como pastora del rebaño de Cristo. 

La celebración del mes de mayo, el mes de María, también nos hace caer en la cuenta de que antes que Madre, María era mujer. Y que un signo claro de nuestro tiempo es la preocupación por el papel de la mujer en la sociedad actual y en diversos puestos, cargos o instituciones. También en la Iglesia. Lo decía el papa Francisco: “Todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales(EG 103).

Fr. Benjamín Echeverría, OFMCap

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