El Capuchino Celestino Aós ordenado obispo de la Diócesis de Copiapó en Chile.

No fueron suficientes las 1.000 sillas preparadas en el exterior de la catedral de Copiapó y tampoco el sol abrasador amilanó a nadie. Más de 2.000 personas, entre autoridades religiosas, de gobierno, familiares, amigos y feligreses, asistieron este sábado a la ordenación como obispo de la Diócesis de Copiapó del navarro Celestino Aós.

El Capuchino Celestino Aós ordenado obispo de la Diócesis de Copiapó en Chile.

Los actos de consagración comenzaron con una procesión que estuvo encabezada por el nuncio apostólico en Chile, Ivo Scapolo. El capuchino navarro, de 69 años, recorrió las calles del centro de la ciudad acompañado además por los 21 obispos del país, todos los sacerdotes y diáconos de la diócesis así como invitados de otras latitudes.

En torno a las cinco de la tarde, la procesión de los celebrantes llegó a las inmediaciones de la catedral, donde se había preparado el altar, 1.000 sillas y una pantalla gigante para que todos los asistentes pudieran seguir la ceremonia. La celebración comenzó con la entronización de la Virgen de la Candelaria acompañada por bailes tradicionales. Acto seguido, el obispo emérito, monseñor Gaspar Quintana dio la bienvenida al obispo entrante.

El momento más emotivo llegó con el rito de ordenación. Tras la profesión de fe y las promesas de Celestino Aós, cada obispo impuso sus manos sobre el misionero navarro. Después, fueron presentadas las insignias episcopales; el anillo fue llevado al altar por tres familiares que viajaron desde Pamplona a Copiapó con motivo de la ordenación, la mitra, por una religiosa, y el báculo, por una familia catequista. Acto seguido, Celestino Aós, que lleva 31 años ejerciendo su labor pastoral en Chile, tomó posesión de la cátedra y fue presentado a los fieles como nuevo obispo de Copiapó.

Momentos antes de finalizar la celebración, el ya obispo monseñor Celestino Aós tomó la palabra. Comenzó dando las gracias a Dios por haber hecho “cosas grandes” en él y tuvo menciones de agradecimiento para todos aquellos que de un modo u otro lo habían acompañado a lo largo de su vida y en ese momento. Además, hizo especial hincapié en la importancia de la familia y en el valor del sacerdocio.

Después de tres horas de ceremonia y cuando ya comenzaba a anochecer sobre las calles de Copiapó, se dio por finalizada la ordenación del misionero navarro. Una ceremonia que pasa a la historia por ser la primera vez que este ordenamiento se lleva a cabo en la capital regional.

Una diócesis de 270.000 habitantes.

A partir de ahora, Celestino Aós se hace cargo de una diócesis que cuenta con 270.00 habitantes repartidos en una superficie equivalente a ocho veces Navarra. Los problemas sociales de la minería y la escasez de agua serán algunos de los asuntos con los que tendrá que lidiar este navarro al que el papa Francisco le nombró obispo el pasado 25 de julio.

Ese día, a las doce en punto, se hacía público el nombramiento y a este misionero navarro, nacido en Artaiz hace 69 años, la noticia le pilló en España, adonde había venido a pasar unos días de vacaciones. Tras conocerse el nuevo cargo, Pamplona se convirtió en punto de partida de varios viajes. En agosto celebró en Sangüesa su 50 aniversario de la toma de los votos temporales como franciscano capuchino acompañado por su familia y varios sacerdotes de la orden. Unos días después voló a Roma, donde el 18 de septiembre fue recibido en audiencia por el papa Francisco, quien tuvo encuentro con todos los prelados nombrados en el último año.

El 1 de octubre, acompañado por su hermana Merche y sus cuñados Satur Juanarena y José María Esparza, volvió de regreso a Chile para hacer la mudanza y preparar la ceremonia de consagración, que fue retransmitida por la Diócesis de Copiapó a través de Internet.

31 años en Chile.

Celestino Aós Braco nació el 6 de abril de 1945 en Artaiz. En Zaragoza realizó sus estudios de Filosofía mientras que fue en la ciudad pamplonesa donde llevó a cabo los de Teología.

Diplomado en Psicología por la Universidad de Barcelona, tomó los votos temporales como franciscano capuchino en 1964 en Sangüesa y los temporales en 1967 en Pamplona, donde también se ordenó sacerdote en 1968. En España ejerció la docencia y de vicario de Tudela y de Zaragoza.

En 1983 fue enviado a Chile, donde ejerció de vicario de la parroquia de Logavi (centro), superior de la comunidad de Los Ángeles y párroco de "San Miguel", en Viña del Mar.

Además ha sido párroco de Recreo, vicario episcopal para la vida consagrada de la diócesis de Valparaíso y, desde 2008, vicario de la parroquia de San Francisco de Asís, en Los Ángeles.

También ha sido ecónomo provincial de los capuchinos de Chile, promotor de Justicia del Tribunal Eclesiástico de Valparaíso, juez del Tribunal de la archidiócesis de Concepción y tesorero de la Asociación chilena de Derecho Canónico.

(Publicado en Diario de Navarra)

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