Aldara Bosch es colaboradora de nuestra revista "Capuchinos Editorial", en concreto en la sección "Cuida tu salud".
Háblanos de ti Aldara..
Yo nací en México, lugar donde se conocieron mis padres (él, valenciano y ella, asturiana). Somos tres hermanos y siendo pequeños la familia volvió a España. He vivido en ciudades como Madrid, Toulouse y Oviedo, pero donde más tiempo llevo y resido es en Gijón. De pequeña había cosas que ya me gustaban y han seguido gustándome en el tiempo: la música, la naturaleza, estudiar…
Pude compaginar trabajo y estudio. Trabajando como traductora de francés y correctora de estilo, terminé Magisterio. Más tarde me especialicé en Logopedia y fue con mi trabajo de logopeda con personas que habían perdido el lenguaje por un ictus como me encontré con el mundo de los mayores.
Me vi dentro de un universo del que quería saber más y me decidí a cursar el posgrado en Gerontología Psicosocial. Trabajé en varias residencias dinamizando actividades de animación y pude ver de cerca que la vida de los mayores tiene componentes muy difíciles: problemas de salud, pérdidas de personas cercanas, soledad, problemas económicos, desesperanza… Con el deseo de poder ayudar con algo más que la buena voluntad cursé el máster en Counselling, una metodología de relación de ayuda especializada dirigida a personas que están pasando por momentos difíciles a nivel personal y emocional. Impartí cursos sobre Programas de Intervención con Mayores en FOREM Asturias y en 2009 los Capuchinos me encargaron la organización de lo que es ahora Punto de Apoyo.
Me gusta vivir a fondo no solo mi trabajo sino también lo que me compensa. No son solo aficiones, son cosas que me revitalizan: la música, sobre todo en directo, que tiene una magia especial; la naturaleza, como parte de la Creación (me gusta en su versión verde o árida; montañosa o de llanura)… Me gusta visitar pueblos pequeños; las plantas; estar con mis amigos… Me gusta hacer retiro en casas de ejercicios o monasterios… Porque la vida que llevamos nos agota, nos hace vivir en la superficie de las cosas y perder en profundidad… Y eso es algo que no podemos permitirnos, porque como ya comentó un poeta: “la vida va en serio…”
En concreto, ¿en qué consiste tu trabajo?
Mi trabajo es muy variado y todo lo que hago lo vivo como algo verdaderamente interesante y con la finalidad de beneficiar a esa parte de la población tan vulnerable como son los ancianos.
Desde el año 2009 dirijo Punto de Apoyo, orientado a la intervención con mayores. Desde el principio, los Capuchinos quisieron que, además de iniciarlo en la parroquia de San Antonio, lo fuera organizando también en otras parroquias de la ciudad que lo solicitaran. Actualmente, Punto de Apoyo está en 14 parroquias de Gijón y empezamos a llegar a otras localidades de Asturias. Trabajamos todo el curso con cerca de 300 personas.
El programa que tiene mucho éxito entre los mayores son las Actividades de Animación, dirigidas por cerca de 50 voluntarios, a quienes doy formación específica para ello y a los que acompaño para resolver cualquier duda o problema que tengan.
Estoy también al pendiente de aquello que les pueda surgir a los mayores que vienen a nuestras actividades en Capuchinos, que incluye las penas y también las alegrías… Imparto talleres de salud y prevención de la dependencia, así como formación continuada en geriatría y gerontología para los voluntarios. Organizo, junto con un pequeño grupo de colaboradoras, las sesiones de trabajo de la Coordinadora de Punto de Apoyo, que planifica y lleva a cabo diversas actuaciones interparroquiales a lo largo del curso.
Llevo también la gestión, junto al equipo de nuestros especialistas (varios médicos, una psicólogo, trabajadoras sociales, una farmacéutica y nutricionista, una abogada), de las charlas que se dan sobre temas de interés para mayores. Estos expertos también dan formación para el voluntariado.
En la parroquia de Capuchinos hago sesiones de relación de ayuda (counselling) dirigidas a personas que están atravesando por una situación de dificultad o sufrimiento y colaboro mensualmente en la revista Capuchinos Editorial con un artículo de salud.
De tu última ponencia en Capuchinos de León: ¿Cuáles son las principales orientaciones para desarrollar una vida sana?
Las principales orientaciones para desarrollar una vida sana abarcan dos bloques principales: lo referido a la salud del cuerpo y la mente y el cuidado del entorno. Todos los expertos coinciden en que para mantener el cuerpo y la mente en el mejor estado de salud posible hay que incorporar a nuestra vida diaria el ejercicio físico adecuado a cada persona. Y es que mantiene en buena forma la musculatura, combate la osteoporosis y aumenta el riego cerebral y nivel de oxígeno…
Hay que procurar dormir lo suficiente, pues así evitaremos encontrarnos agotados al día siguiente. Además, mientras dormimos el cuerpo realiza el mantenimiento y la reparación del organismo. De ahí que no sea buena idea tener hábitos que perjudican el sueño…
De cara a prevenir el deterioro de la mente, importa mucho aumentar la “reserva cognitiva” que cada cual tenemos aprendiendo cosas nuevas, haciendo actividades que supongan un cierto esfuerzo mental… El mantener nuestras aficiones, además de suponer un trabajo para la mente, es una fuente de bienestar y satisfacción, y casi siempre nos pone en contacto con otras personas que comparten esa misma afición.
Otro elemento básico de salud es mantener el contacto con los amigos y familiares. El aislamiento es una fuente de problemas de todo tipo: acelera el deterioro cognitivo; influye negativamente en el estado de ánimo…
Y también importa cuidar nuestro entorno más próximo, bien sea la casa, la habitación… Mantener un cierto orden, las estancias despejadas y sin obstáculos para circular con comodidad y evitar caídas… No acumular cosas que ya no usamos y que dificultan más las tareas de limpieza. Como se viene diciendo desde antiguo: “Guarda el orden y el orden te guardará a ti”…
Cuéntanos, Aldara… ¿qué es lo más importante para saber envejecer?
Saber envejecer en esta sociedad llena de prisas e inmediatez no es una tarea fácil, pues requiere tiempo para la reflexión y el contacto con lo profundo de uno mismo. Y hay que hacerlo en medio de un día a día que transcurre a velocidad de vértigo, casi sin que nos demos cuenta. A veces, esta reflexión sí la hacemos cuando sufrimos una pérdida importante, pero lo ideal sería que formara parte del transcurrir continuo de nuestra vida. Varias cosas son importantes para saber envejecer:
- Aceptación. Para empezar, yo diría que partiendo de que la vejez es época de mengua de fuerzas y capacidades, de pérdidas y de cambios, es importante la aceptación de lo que va viniendo, que no siempre es tarea fácil.
- Realismo. De igual modo, hace falta el realismo, tocar el suelo con los pies… Porque alejarse de la realidad es mal negocio. Vivir en un mundo de fantasía supone tarde o temprano darse de bruces con la realidad, que como tal es ineludible.
- Evitar aislarse. No perder el contacto con los demás es importantísimo. Aislarse y encerrarse entre cuatro paredes acelera el deterioro del cuerpo y de la mente; hace que la vida se vuelva triste y sin ilusión alguna.
- Vivir lo que de verdad importa. Resulta también fundamental detenernos a valorar lo que de verdad nos importa y compensa vivir, porque podemos tener aparcadas cosas que son muy valiosas para nosotros y dedicar nuestro tiempo a otras tareas que en el fondo resultan secundarias. Además, vivir lo que de verdad nos importa resulta vitalizante, nos proporciona Vida con mayúsculas y nos sostiene.
Nos gustaría que expusieras alguna anécdota curiosa relacionada con tu profesión.
Las personas mayores son una fuente también de vitalidad. A pesar de sus achaques, enfermedades y malestares; a pesar de que han ido perdiendo a familiares y amigos y de saber que la vida no es color de rosa (porque ya les ha tocado pasar por contratiempos, disgustos y fracasos) tienen un fondo de fortaleza, sabiduría y deseos de disfrutar de la vida que a veces no se dan en gente mucho más joven.
En Gijón celebramos anualmente los Encuentros de Mayores de Punto de Apoyo como fiesta de fin del curso. Hay una actuación musical o de teatro; una merienda y una rifa. Acuden las personas mayores que hacen nuestras Actividades de Animación en las diferentes parroquias acompañadas de los voluntarios. Son unos momentos muy bonitos por el ambiente agradable, el merendar juntos, el disfrutar de la actuación…
Y en este contexto hubo algo que me sorprendió el primer año de los Encuentros y me sigue sorprendiendo y admirando una y otra vez. Ese algo fue observar que las personas asistentes llegaban a la fiesta vistiendo sus mejores galas… Las señoras habían ido a la peluquería; se habían maquillado; se habían puesto el collar o el anillo o la pulsera o el reloj que no es el de diario… Quedaba claro que consideraban este acto como un momento especial, un acontecimiento y habían decidido prepararse para la ocasión…
Que a estas personas mayores les brote la ilusión de arreglarse y que se pongan manos a la obra para lograrlo me conmueve y es una muestra de que en el fondo de su corazón sigue habiendo fuerza, alegría de vivir y capacidad para ilusionarse.
¿En personas mayores, qué importancia tiene la alimentación y qué alimentos son fundamentales?
Alimentarse bien es garantía de salud y de un buen estado de nuestro organismo en cualquier edad. Pero con el paso de los años se producen ciertos cambios en el aparato digestivo que pueden perjudicar a las personas mayores. De ahí la importancia de conocerlos para no descuidar una nutrición adecuada.
Los cambios que se presentan con la edad son: 1. Las digestiones más lentas y una disminución en la producción de saliva, elemento que facilita la masticación y la propia digestión. 2. El intestino se vuelve perezoso, con lo que puede aparecer el estreñimiento. 3. Los problemas en la boca son algo habitual, tanto en los dientes como en las encías… 4. Y otro factor muy peligroso para la salud es la disminución de la sensación de sed, por lo que muchos mayores beben poco y se exponen a la deshidratación.
Las propuestas para contrarrestar esta realidad son: 1. Una alimentación variada, que por suerte también está en consonancia con nuestra dieta mediterránea… Comer habitualmente frutas, verduras, legumbres, más pescado que carne y de preferencia carnes blancas. 2. Tener cuidado con las grasas y con los dulces, pues con los años resulta más difícil bajar de peso. 3. Tomar agua aunque no se sienta sed y saber aproximadamente cuánto bebemos al día. Si llenamos una botella de litro y medio de agua y vamos bebiendo de ella durante la jornada, al llegar la noche podremos comprobar lo que hemos bebido. 4. Visitar regularmente al dentista para poder asegurar una masticación adecuada de los alimentos y 5. No hacer dietas por cuenta propia, sino consultando con nuestro médico.
¿Qué recomendaciones darías sobre la importancia del ejercicio físico y qué pautas?
El ejercicio físico es fundamental para el mantenimiento de la salud y a las personas mayores les aporta beneficios importantísimos porque el paso de los años provoca asimismo cambios problemáticos. Entre estos cambios se pueden citar la pérdida de masa muscular; la pérdida de calcio en los huesos; problemas en las articulaciones o el empeoramiento del equilibrio.
Afortunadamente muchas dolencias mejoran con el ejercicio físico: la diabetes, la hipertensión, la obesidad, la depresión, la ansiedad… El ejercicio físico hace que mejore nuestra capacidad respiratoria, la flexibilidad, la resistencia, el equilibrio. Aumenta la masa muscular y ayuda a que el calcio vuelva a fijarse al hueso…
Las recomendaciones para la práctica del ejercicio físico empiezan por valorar un ejercicio fácil y muy completo, como es el caminar. Se trata de caminar diariamente entre 30 minutos y una hora. Hay que hacerlo a buen ritmo y sin pausas y buscar un trayecto o recorrido que sea adecuado para nuestras fuerzas y limitaciones individuales.
Si estamos de no hacer ningún tipo de ejercicio, procuremos comenzar despacio hasta ir mejorando nuestra forma física. Es una garantía para no tener lesiones ni sobrecargas. Llevar ropa cómoda y un calzado que sujete bien el pie para evitar caídas facilitará nuestro ejercicio.
Para otros tipos de gimnasias o deportes es necesario informar a nuestro médico y pedirle consejo, ya que debemos evitar forzar las articulaciones o ligamentos, que no poseen ya la flexibilidad propia de un organismo joven.
Cuéntame algo que quizás olvidé preguntarte y sea interesante para nuestros lectores…
Pues me gustaría añadir algo sobre el papel de las personas mayores en nuestra sociedad. El papel que juegan en la vida real y el que pretenden hacerles jugar desde ciertas instancias sociopolíticas y mediáticas.
Cuando imparto talleres de Salud y Prevención de la Dependencia para los mayores en las parroquias de Asturias, veo a mucha gente, en los 70, 80 o 90 años que si hubieran tenido la oportunidad de estudiar, habrían obtenido una carrera e incluso una cátedra; con una capacidad intelectual extraordinaria que conservan perfectamente. Pero en el mundo en que les tocó vivir, sólo pudieron acudir unos meses o unos pocos años a la escuela. La necesidad les hizo tener que ponerse a trabajar desde niños en su propia casa o fuera de ella. Y no digo “niños” como actualmente llaman en los medios de comunicación a chavales de 15-16-17 años, sino niños de 7, 8 o 9 años…
Sacaron adelante su propia vida y criaron a sus hijos. Y hoy en día siguen ayudando con dinero, prestando servicios de canguro, limpieza y cocina a esos hijos o a los nietos que están en el paro, o que se han separado y vuelven a casa de sus padres o abuelos…
Sin embargo, frente a esta realidad, desde ciertos sectores sociales y políticos se les pretende hacer aparecer como una carga para el estado, llegando incluso a recriminarles que viven demasiados años. Esto es indudablemente un signo de la cultura inhumana que se quiere imponer en esta sociedad occidental, que aparentemente se preocupa mucho de sus ciudadanos pero que en la práctica dejan a muchas personas tiradas y abandonadas en la cuneta.
Los mayores están hoy incluidos, sin ninguna duda, en lo que el papa Francisco llama la cultura del descarte. Para todos nosotros, sea cual sea nuestra edad, es muy importante ser conscientes de esto.
Muchas gracias Aldara...
Luis López
Coordinador Capuchinos Editorial