Óscar Matés. Centro Social San Antonio

Óscar Matés. Centro Social San Antonio

Nací en Logroño en 1981.
Gracias a mis padres, que me educaron en la cultura del esfuerzo y el sacrificio, y junto a mi hermana tuve una infancia feliz y cómoda. Ellos trabajaban fuera de casa y han tenido que hacer grandes esfuerzos para sacar adelante a la familia. Recuerdo perfectamente como termine en el colegio Rey Pastor. Tenía cuatro años y mis padres me preguntaron a qué colegio quería ir ya que tenía plaza en dos colegios, yo elegí el colegio Rey Pastor porque sabía  que allí me iba a encontrar a dos amigos con los que frecuentemente jugaba en el parque y así empezó mi contacto con los Capuchinos. Siento los años del colegio con cariño y gratitud. Quizá ahora valoro más que además de formarme académicamente, recibí otra formación que es muy importante para mí como son los valores cristianos y franciscanos.

Después del colegio elegí cursar los estudios de cocina en la escuela de hostelería de La Rioja. Sin dejar de estar vinculado a la Parroquia de Ntra. Sra. de Valvanera de los hermanos capuchinos. Mi adolescencia se desarrolló muy cerca del colegio en aquel antiguo patio de la iglesia donde nos juntábamos a jugar y teníamos las primeras quedadas en cuadrilla. Por aquellos años recibimos la invitación por parte de los capuchinos para seguir creciendo en esos valores  franciscanos en los grupos de JUFRA. Recuerdo esos años con un cariño infinito.

Óscar, ¿Cómo se produce tu llegada a la obra social y en qué consisten tus primeras tareas?
Me doy cuenta de que mi vida ha estado siempre ligada al Colegio, a la Parroquia y a los Capuchinos.
Con 19 años, una vez acabados los estudios y con ese punto de locura juvenil, decido marchar a Zaragoza para comenzar mi vida laboral. Aquellos años seguí manteniendo esa relación que llega hasta el día de hoy con los grupos de jóvenes JUFRA.

Mi llegada al centro social también se produjo por casualidad. Llevaba ya unos cuantos años viviendo en la ciudad de Zaragoza, y la crisis  también me tocó a mí. Después de 18 meses desempleado me comentaron que si me interesaba cubrir una baja de conserje en el centro social. Mi respuesta fue inmediata y acepté.

Mis primeras tareas en el centro social tenían que ver básicamente con las de un portero o conserje (entrega de llaves, abrir y cerrar el centro o tirar las basuras), cosas que hoy por hoy han cambiado debido a que el centro está en constante evolución.

Descríbenos tu trabajo y cuéntanos alguna curiosidad del mismo.
La verdad es que describir mi trabajo no es fácil. Pienso que va muy paralelo a la vida del Centro Social que está en constante cambio y evolución. Al comienzo hacia unas tareas que actualmente han pasado a un segundo plano... El volumen de gente que acude a nuestro centro social ha aumentado considerablemente.
Mi trabajo consiste principalmente en la acogida. Es una gran responsabilidad para mí, pues soy el primer rostro que ve cualquier persona que se acerca por aquí. Y todos sabemos que la primera impresión es importante.

Informo de los servicios que aquí se prestan, tanto a las personas que demandan ayuda como a las personas que se interesan por algunos de los diferentes  voluntariados de nuestro centro y dar las citas para que posteriormente los puedan atender cualquiera de los trabajadores sociales.
También coordino la parte logística que se ve un poco menos, como la de recibir y organizar las diferentes  donaciones.  


Organizando las donaciones para el comedor social.
 

¿Cómo es el día a Día en en este centro social de Sercade?
El día a día en el Centro social es bastante intenso, tenemos diferentes actividades y servicios desde las 9.00 de la mañana hasta las 8.00 de la tarde.
La mañana suele comenzar con las primeras citaciones y seguimientos personales de las trabajadoras sociales a los usuarios. La actividad de la mañana gira alrededor del espacio ”Centro de día entre todos”. Un espacio del que disponen las personas sin hogar donde poder estar, y poder compartir un poquito de sus vidas; en este espacio se les ofrece a las usuarios la posibilidad de un desayuno saludable además de diferentes terapias y actividades. También se les ofrece aseo personal en un espacio de duchas y lavandería. Por otra parte durante la mañana con diferentes voluntarios y usuarios procedemos a la recogida, recepción y organización de los alimentos  provenientes del banco de alimentos de Zaragoza. 

Al medio día  nos volcamos con el espacio más veterano. El comedor social conocido  popularmente como ”el comedor de los pobres”. Dónde gracias a más de cuarenta voluntarios (distribuidos a largo de la semana)  comen todos los días alrededor de 75 personas. Pero aquí no acaba la cosa, la tarde es larga y está llena de vida. Por las tardes además de la atención al colectivo de personas sin hogar, cursos, espacios lúdicos y el servicio de ropero; también atendemos a otros colectivos como familias sin recursos, facilitando espacios  de apoyo escolar y una escuela de padres.

También disponemos de un espacio de convivencia para personas mayores donde además de  estar y compartir charlas, vivencias y juegos, dos días a la semana reciben un refuerzo de gimnasia gerontológica y talleres para ejercitar la memoria, todo ello dirigido también por voluntariado.

Un lector de la revista "El Mensajero de san Antonio" me decía que en el centro se viven experiencias muy significativas.
¿Podrías contarnos algún momento que te haya impresionado?

Tengo la suerte de vivir casi todos los días anécdotas curiosas. Pero si hay una importante para mí y que me ha marcado bastante fue la primera. Un joven Zaragozano totalmente desahuciado por la vida e invisible para la  sociedad que tras 14 años asistiendo todos los días al comedor tuve la suerte de empatizar con él. Empezamos a entablar una relación y a partir de ahí fue una evolución de pequeños pasos hasta que conseguimos encontrar los recursos adecuados para él. Fue un duro trabajo para voluntarios y trabajadores pero al ver el resultado te das cuenta que merece la pena. Hoy por hoy ha vuelto a ser una persona totalmente normalizada.

Otra historia importante para mí, es la de una persona “Que no tiene remedio”. Arrastra muchos problemas de adicciones e incluso ha estado varias veces preso. Sabemos que su situación es muy complicada pero siempre le atendemos y nos preocupamos por él. Porque como él dice, somos su única familia y esta es su casa. Por desgracia no todas las historias tienen un final bonito como en los cuentos, pero es por estas personas por las que trabajamos, por su reconocimiento y dignidad. 

¿Qué tiene de especial la obra social en la que trabajas?
Creo que los usuarios, sin darse cuenta, se sienten atraídos por el carisma del centro. Aquí es muy importante la acogida y el trato personalizado, atendemos las demandas como únicas, cada persona es diferente. Pienso que así logramos ser más efectivos y atender mejor sus necesidades. Cada persona carga con su propia historia. Somos una entidad pequeña aunque en constante evolución y eso nos permite tener un carisma familiar y propio.

Óscar, ¿Quién llega a SERCADE y por qué?
Hasta 2008 llegaban principalmente personas solas, sin hogar y en una situación social grave. A raíz de la crisis económica, el perfil ha ido cambiando.  Actualmente se atiende a personas solas tanto hombres como mujeres y a familias. Desde 2016 se comienza a atender a las familias en su conjunto y a cada miembro se le ofrece también un servicio específico, tanto a adultos como a niños.

Por otro lado el centro también acoge desde hace años a las personas mayores queriendo evitar así su abandono y exclusión social.

Cada persona que llega, lleva su historia, y ... ¿Qué mueve a los donantes para participar?
No conozco Las motivaciones personales de cada donante pero sí que hay un nexo de unión entre todas que es el colaborar para que esta sociedad sea más justa. Cuando realizo las sensibilizaciones a los grupos escolares les explico que aquí recibimos varios tipos de donaciones. Además de las donaciones económicas recibimos alimentos, medicamentos y ropa. Todas las donaciones provienen de diferentes empresas e instituciones, asociaciones o centros educativos, y de personas anónimas (siempre destaco esto último porque todos podemos aportar nuestro granito de arena). Esas personas que van a hacer la compra y a la vez compra un paquete de pasta o una botella de aceite y nos las trae, o esas personas que compran unas mudas o varios pares de calcetines en invierno y nos lo traen pensando en el más desfavorecido; son las que nos aportan una fuerza extra para seguir trabajando cada día.
 
Además tenéis un equipo completo de voluntariado. Háblanos de estas personas que tanto bien hacen.
El voluntariado es el pilar fundamental de este centro. Independientemente de la tarea que realicen, cada voluntario/a tiene un gran valor. Con el volumen de servicios que manejamos, sin el voluntariado esto no sería posible. Nuestro voluntariado es diverso y variado tenemos desde jóvenes de 18 años hasta personas ya jubiladas. Todos ellos vienen con la intención de colaborar para crear una sociedad mejor y más justa.

Seguro que algún lector se siente motivado por este trabajo. ¿Puedes contarnos qué hace un voluntario en SERCADE?
Un voluntario, dependiendo de sus cualidades y capacidades, puede hacer diferentes trabajos.

En el comedor apoyando en la organización, preparación y recogida de las mesas, limpieza y servicio de las comidas, y acompañamiento.
En el servicio de Ropero se puede colaborar clasificando y ordenado la ropa a su llegada, para después poder atender a las personas derivadas por los trabajadores sociales.
También en el “Centro de día entretodos”, dando acompañamiento personal, y colaborando en las actividades.
En los cursos de informática, alfabetización y apoyo escolar se puede colaborar impartiendo clases y preparando materiales.
Con nuestros mayores se puede colaborar con sus tablas de gimnasia, en la dinamización de los grupos en los trabajos de memoria en el acompañamiento personal.

 

Una jornada cualquiera en el ropero.

¿Quién puede ser voluntario?

Puede ser voluntario/a cualquier persona mayor de 16 años que quiera colaborar comprometiéndose con parte de su tiempo libre. Primeramente tendría que concertar una entrevista con alguna de nuestras trabajadoras sociales para valorar sus capacidades, en qué situación se podría desarrollar mejor y el tiempo de compromiso.
 
Un mensaje de llamada para nuestros lectores. ¿Por qué ayudar?
Desde que empecé a trabajar aquí hay una cosa que me llama mucho la atención y es que todos pensamos que una persona sin hogar es la típica persona que vemos siempre durmiendo en un cajero. Pero una persona sin hogar puedes ser TÚ o puedo ser YO. Porque una persona sin hogar puede ser una persona que ha perdido un miembro de su familia o una persona que sufre una enfermedad grave o una persona que no puede pagar el recibo de la luz o una persona que durante un tiempo no puede comprarse ropa o una persona que no puede adquirir medicamentos y un largo etc…

Cuando en mi trabajo atiendo a todas estas personas en un momento u otro siempre me viene a la mente la figura de Jesús. Creo firmemente que es necesario ayudar simple y llanamente porque somos seguidores de Jesús de Nazaret.


Muchas gracias Óscar, buen trabajo

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