Fray José Ángel Torres. Vicario General de la Orden de los frailes menores capuchinos

Fray José Ángel Torres. Vicario General de la Orden de los frailes menores capuchinos

 

Soy Fray José Ángel Torres. Soy de Juana Díaz, un pueblo al sur de la isla de Puerto Rico.

Ahí crecí en una familia de 4 hermanos. Mis papas están bien saludables y viven en ese pueblito y empecé mi juventud trabajando en la iglesia local, en las capillas con los jóvenes, creo que mi vocación se la debo a los jóvenes. Creí en el inicio que mi vocación iba a ser salesiana por tanto trabajo que yo tenía con los jóvenes, pero no, Dios me envió por otro camino y me hizo conocer a los frailes capuchinos y hacer un proceso de crecimiento y de seguimiento con ellos por eso estoy aquí hoy.

Fray José Ángel, háblanos de tu formación.
Cuando comencé el proceso de seguimiento vocacional yo estaba en la universidad del Estado estudiando química y el Señor comenzó a cuestionarme cosas al interior así es que me cambié a la universidad católica donde tenía un espacio, además de continuar mi carrera, de reflexión, de contacto con la iglesia y con las amistades de la pastoral juvenil quiénes me estaban ayudando con este proceso de discernimiento, entonces terminé no cómo químico sino como maestro de química, hice una carrera como enseñante de química y después entré al seminario donde se estudia la filosofía y la teología. Posteriormente, después de la orden sacerdotal vengo a Roma para sacarme una licenciatura en derecho canónico, entonces básicamente esa es mi formación.

¿Qué actividad desempeñas actualmente en la Orden capuchina?
Soy actualmente el Vicario General de la Orden de los frailes menores capuchinos y Consejero General para los países de lengua castellana, es decir todos los países de América, centro América, el Caribe y Suramérica y en Europa soy el responsable de la animación de la conferencia de la CIC, en España, la Provincia de Cataluña y Portugal.

Vamos a América, ¿Cómo es la situación actualmente en América?
A nivel de la Iglesia en América, América ha sido un continente marcado por la religión católica, pero con el pasar de los años también esa religiosidad va disminuyendo. Todavía se siente el fervor y las tradiciones que heredamos en un tiempo de España, que implantó la Iglesia en toda esa zona, pero actualmente nos encontramos en esa realidad, una sociedad que va progresando que va creciendo, pero también a nivel eclesial hay cierta disminución en la participación de la actividad eclesiástica. A nivel de la Orden también nosotros tuvimos la gracia de tener muchos misioneros de Europa que fueron a implantar la Iglesia y la Orden en estas zonas de América.

Actualmente los misioneros de Europa fueron disminuyendo y se está tratando de fortalecer la presencia de los frailes locales. Entonces nuestro empeño actualmente en América es establecer procesos formativos y que den consistencia a la presencia que iniciaron una vez los españoles en estas tierras de América.
 

 

¿Cuál es el mensaje para dinamizar esas posibles vocaciones?
Lo primero que nosotros estamos haciendo es actualmente una reflexión de toda la Orden en las Américas, es decir hemos convocado un encuentro Panamericano de capuchinos que es el primer encuentro que se hace en la Orden en esa zona para ver juntos la historia, qué ha ido pasando, cuáles son las riquezas que hemos ido heredando, cuáles son las dificultades que nosotros estamos viviendo actualmente, hacer un análisis de esa realidad y hacer propuestas para el futuro, propuestas que tienen que ver con la consolidación de los valores  que son propios de nuestro carisma capuchino, desde las estructuras y esas estructuras que tenemos hoy día si corresponden a nuestras opciones carismáticas o no, la colaboración, cómo nosotros tenemos que empezar a darnos la mano la mano y mirar más allá de los límites de la frontera de mi fraternidad o de mi Provincia para ver como nosotros podemos reconocernos como una sola familia como hermanos y brindar eso que tenemos en mi Provincia que es muy valioso, Hermanos, recursos, talentos, compartirlos con aquellas otras circunscripciones que tal vez lo tienen, creemos que en América tienen el potencial, los recursos para apoyarse para crecer y establecer un estilo de ser capuchino allí en esa tierra.

Y, ¿Qué respuesta se está dando?
La respuesta hasta ahora muy positiva, el encuentro Panamericano iba ser presencial el año pasado, con todo lo de la pandemia se ha atrasado el encuentro pero hemos hecho muchos encuentros virtuales con distintos grupos de Hermanos, con los Superiores, formando, formadores y estamos animando, esa animación o esa reflexión que se está dando ya ha ido generado ciertos frutos, el primero es el encuentro, los Hermanos están felices de poder por fin conocer las caras, los rostros, encuentros con otros Hermanos que comparten deseos y el mismo carisma con otras circunscripciones, y el diálogo y la reflexión que se va generando es muy enriquecedora ya hay un estímulo y hay una manera de vivir diferente solo por saber que no estoy solo, que comparto esta vocación con otros y eso es una riqueza es grande.

Después otros aspectos, nos estamos viendo en el camino, estamos considerando cómo unir dos conferencias de lengua española para que puedan trabajar juntos y darse la mano. Estamos consolidando proyectos de formación en común distintas circunscripciones o distintos países que están poniendo su mirada para crear un centro formativo de los frailes para dar una formación de calidad que garantice el futuro de los Hermanos y con esas otras iniciativas que van surgiendo poco a poco pero  estamos en el proceso en medio de todo este encuentro que es virtual por el momento pero que culminará con un encuentro presencial que será en Brasil, en Sao Paulo, donde los superiores de todas las circunscripciones tendrán la oportunidad de recoger todo este material, todo este insumo de los Hermanos y poder proponer un proyecto, un plan de trabajo para las Américas.

¿Hemos sacado algo positivo tras la pandemia?
Pues yo creo que una de las cosas positivas es reconocer la fragilidad que nosotros tenemos como seres humanos. A veces tenemos tantas ideas que pensamos tanta seguridad que ponemos nuestra seguridad en las posesiones, en las cosas que tenemos y nos damos cuenta que todo eso es efímero, que nuestra vida tiene que estar sentada en una cosa que es Dios. Yo creo que mucha gente ha vuelto a esa sensibilidad religiosa que se había perdido.

Detenerse y procurar este espacio de tiempo para una reflexión de quién yo soy y como yo estoy viviendo mi vida y qué voy a ser yo de ahora en adelante pues es algo maravilloso. Hay gente que ha perdido la vida, también ha perdido familiares y que ha sido doloroso, pero también hay muchos que se han recuperado después de un periodo grave de enfermedad y que ahora ven la vida de una manera diferente. Yo creo que la pandemia pues si es triste y nos está afectando de manera traumática a todos, pero siempre de lo malo podemos sacar algo positivo, yo creo que, si esto nos lleva a tocar el corazón y la mente, nos lleva a cambiar actitudes puede llegar a ser algo bueno.
 




Una anécdota de todo este tiempo que recuerde con cariño.
Durante todo este tiempo hemos estado casi todo el tiempo encerrados, pero sí cuando fui a Puerto Rico la última vez una señora, que yo no conocía, estaba yendo caminando hacia la parroquia y me decía fray yo comencé a venir a la parroquia cuando vi a los Hermanos capuchinos que caminaban o que iban en el auto anunciando la presencia de la Iglesia o teniendo un gesto, a veces simplemente echando una bendición en las casas desde lejos, dice eso me movió, me tocó, yo no estaba yendo a la iglesia, pero eso me hizo retomar mi vida de fe. Y yo creo que eso a mí personalmente me conmueve porque los Hermanos siguen teniendo esa conciencia de los orígenes donde los Hermanos capuchinos se distinguieron siempre por la atención a la gente sobre todo en los momentos de las grandes epidemias en el mundo y yo creo que eso hizo que la Orden capuchina tuviera tanto realce y que hoy en medio de esta situación incluso Hermanos han fallecido. Tenemos más de 80 frailes que fallecieron y muchos de ellos fueron contagiados en el servicio a la gente y creo que es un testimonio que se nos queda para mí personalmente el saber de hermanos que estaban ahí y que no tuvieron miedo a arriesgarse a arriesgar la vida para compartir un poco de fe, de esperanza con tanta gente que en ese momento sufría y sufría mucho no. Así es que eso me queda como anécdota. Esta señora representa a muchas señoras y señores que se acercaron en este tiempo de pandemia a ver a alguien que caminaba por sus calles, alguien que simplemente pues tenía un gesto de cercanía y ese deseo de hacer algo y cierto, no solamente presencial sino como decía a través de las redes sociales se llegó a mucha gente a muchas casas y creo que eso ha sido algo grandioso y que me llevo como un recuerdo bonito de este periodo.

Para quien nos lea en las revistas y nos vean en internet para usted, ¿Qué sentido tiene hoy ser fraile capuchino?
Pues el fraile capuchino es un fraile menor. Vivimos de la experiencia carismática de San Francisco de Asís donde se enfatizan valores como la fraternidad, para mí uno de los pilares de nuestra vida es la vida fraterna, la vida como que de ahí parte todo, el saber que yo no estoy solo que yo cuento con grupo de hermanos y que nosotros rezamos juntos y que vivimos nuestra vida y nos apoyamos para seguir adelante en este camino que Dios nos ha llamado. Creo que eso es importante. Nuestra vida de oración creo que uno de los fuertes en la vida capuchina es la oración. Siempre recuerdo la experiencia de los primeros capuchinos que decidieron irse a la montaña, se retiraron a las montañas para llevar una vida fraterna y una vida de contemplación pero no tan lejos de no atender a la gente, al pueblo, yo creo que esa tensión entre nuestra vida de oración y nuestra vida de servicio a la gente tiene que estar siempre presente.

Después otra característica es esa parte de la minoridad, nos conocen siempre popularmente como los frailes del pueblo, no importa si uno comparte con ricos con pobres con…, nosotros estamos siempre ahí para servir y para acompañar a la gente y eso sitúa  a uno en una posición de ir al último lugar, esa conciencia a mí personalmente me hace ubicarme siempre en el último sitio, es decir, yo ejerzo un servicio hoy en día pero mi lugar es el de atrás, es decir el último y eso en mi relación con los frailes, en mi relación con la Iglesia, en mi relación con la sociedad y en mi relación con la gente. Eso creo que hace que la gente se sienta cercana a nosotros porque no hay barreras, porque yo estoy aquí en el lugar más pequeño y desde ahí vamos estableciendo una relación. Creo que esa característica, para mi manera de ver son fundamentales en nuestro carisma y eso es lo que trato de animar, de vivir personalmente pero también de animar a los Hermanos a los cuales yo visito.

En este periodo, ¿algún proyecto especial que se haya lanzado?
Para Europa, particularmente nosotros estamos convocando a un para todos los superiores de Europa para hacer un camino de reflexión juntos, ver la realidad, qué está pasando y cómo nosotros podemos animar la presencia nuestra carismática en esta tierra, que es una tierra rica por tantas cosas, por una historia y porque todo el mundo se ha beneficiado de la experiencia de fe y de lo que Dios ha suscitado en esta tierra. Yo particularmente de América o de Puerto Rico puedo hablar de todas las riquezas que nosotros tenemos como pueblo como Iglesia y como Orden, entonces creo que es importante en este tiempo marcado por el secularismo y por un envejecimiento de la sociedad en general en Europa, es importante nosotros ver cómo vamos a animar nuestro valor carismático para que nuestra presencia siga aquí fuertemente. Entonces creo que hay mucha esperanza en ese recorrido, en ese camino pero nos vamos a sentar. Se está buscando que los hermanos participen de alguna manera en esta reflexión y veremos a ver qué pasa de ahí en adelante, qué camino juntos vamos a ir tomando, son procesos lentos, pero si tenemos que tener unas metas claras, tener hacia dónde queremos ir y después poco a poco vamos dando pasos para fortalecer y para crecer. Yo personalmente pienso que en Europa tal vez seremos menos fraternidad y menos frailes, pero tiene que ser significativo y eso es lo que nosotros queremos buscar en este camino de reflexión.

 



José Ángel dinos algo en especial, primero a los Hermanos de España, a los frailes que aquí vivimos en este pequeño lugar del mundo que es España y también esta entrevista y este video lo verán y lo verán muchas personas que comparten, laicos y laicas que comparten nuestro camino de vida, nuestra espiritualidad, ¿Qué nos dirías a unos y a otros?
A los Hermanos capuchinos, es importante que nosotros miremos con esperanza y optimismo el futuro. Dios es el que guía la historia y yo creo que nosotros lo importante es tener esa apertura para que el Espíritu de Dios, que es el Ministro General de la Orden siga obrando y siga haciendo su camino. Que nosotros no seamos obstáculo, si no que seamos aquellos facilitadores para que el Espíritu y la gracia de Dios se manifiesten aquí en la Provincia porque yo pienso de manera positiva y yo creo que siempre hay manera de nosotros vivir nuestra vocación, y de ser testimonio en medio de una sociedad como la de ahora, creo que hay muchos Hermanos muy valiosos, con tantos recursos aquí en la Provincia y que su vida y su testimonio y su ejemplo todavía tiene mucho que decir. Lo importante es que nosotros nos sintamos siempre animados que no nos dejemos llevar por el desaliento por la edad, etc… como decía, tal vez nosotros vamos a ser menos y eso es así, es una realidad, pero eso no significa que vayamos a perder nuestra fuerza carismática nuestra presencia aquí en España creo que es importante que nosotros tengamos eso claro. Qué queremos nosotros dejar cuando nos vayamos, qué legado voy a dejar para España o para Europa o para la Orden o para la Iglesia, entonces eso depende de lo que nosotros vayamos pensando y reflexionado juntos. 

Nuestra vida es muy simple, nosotros simplemente tenemos que ser coherentes a esos valores fundamentales de nuestro carisma, nuestra vida fraterna, nuestra vida de oración, nuestro servicio siempre a la gente son elementos fundamentales y creo que los Hermanos lo hacen. A veces necesitamos hacer que la gente se dé cuenta, que lo vean, que vean quienes somos y que nosotros somos capaces todavía de dar para nuestra tierra así es que ánimo Hermanos, seguid adelante poco a poco caminando confiando cada vez más en esa presencia de Dios que actúa en la vida personal de cada uno de vosotros y que actúa también en la vida de la Provincia.

A los Hermanos y Hermanas que nos escuchan a través de estas redes los animo a seguir siempre adelante en ese llamado que Dios les hace para vivir de una manera particular nuestros valores carismáticos. Creo que la experiencia de San Francisco de Asís fue tan grande que Francisco no quiso quedarse para él y un grupito de frailes este movimiento de cambio o este don que Dios le estaba dando. Lo quiso abrir para todos, todo el que quisiera vivir esta espiritualidad franciscana la pudieran hacer. Así que todo esto está abierto al mundo de los laicos, es decir hombres, mujeres, jóvenes, mayores que se sienten llamados por Dios a vivir de una manera particular nuestro carisma pues lo pueden hacer y creo que la cercanía con los frailes debe ayudar no solamente para animar la vida de los frailes si no para que se sientan animados que se sientan copartícipes de este proyecto que es de Dios. Yo vengo de hacer una visita en Brasil, en el norte de Brasil y para mí fue impresionante ver la cantidad de gente, la gran devoción que hay a San Francisco de Asís en toda esa tierra, impresionante, impresionante.

La gente ama, la gente reza, la gente vive con mucha pasión y devoción la figura de San Francisco de Asís y lo que Francisco de Asís representa y yo creo que si ese pueblo tan grande puede vivir ese carisma hoy es gracias a que los frailes han ido acompañando al pueblo y han ido mostrando este rostro de San francisco de Asís, de un Francisco cercano y de ver que nosotros podemos vivir, que la fraternidad se tiene que vivir en casa, con mis hijos con mis papas, con mis hermanos, que esa vida de simplicidad, que nuestra vida de cercanía con Dios, de cercanía con los más necesitados también es algo a lo cual todo cristiano estamos llamados a vivir. Nosotros como principio básico tenemos de norma el Evangelio, y el Evangelio es para que todo cristiano lo viva así es que yo le animo a acercarse cada vez más a la Palabra de Dios, al Evangelio y sobre todo para ver qué cosa Dios nos anima a nosotros a vivir, a vivir en el día a día, con simplicidad, sin muchas pretensiones, sino decir señor esto soy con mis limitaciones y con mis debilidades pero día a día con ese deseo de entregarme, de hacer lo que tú quieres, así es que les invito a eso a vivir esta vida franciscana o este carisma franciscano en medio de su vida familiar de su casa porque eso va a ser fermento para que otra familia u otras personas que los vean se interesen y quieran vivir también de este estilo de vida.

Gracias fray José Ángel

 

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