Hay un documental, premiado en los Goya, que lleva el título de Hijos de la tierra. De él tomamos el título, nada más. Es que podemos entender a Jesús como un hijo de la tierra, el mejor, el más fiel, el más de la tierra.
El imaginario religioso nos da a pensar que Jesús viene de arriba, de las estrellas, del cielo. Lo creemos tan divino que su nacimiento no puede ser tan humilde y tan pobre como el nuestro que tiene por origen la tierra, el vientre de una madre que es de la tierra. Pero el nacimiento de Jesús es así de igual y su origen exactamente el mismo. No viene de las estrellas, viene de la tierra.