Día internacional de la Madre Tierra
Al comenzar cada mes hago un repaso del mismo en mi agenda para ver los días importantes que hay en él. Me encuentro con los aniversarios a recordar o celebrar, con los santos o fiestas litúrgicas y también con los días internacionales.
Con ello no pretendo establecer una oposición o incompatibilidad entre lo religioso y lo laico. No pretendo olvidarme del santoral, ni dejarlo al margen, porque la vida y el ritmo de nuestros pueblos está asentado en muchos de esos recuerdos y tradiciones. Hago este repaso desde la convicción de que merece la pena celebrar y recordar a todas esas personas y acontecimientos que han supuesto un avance o un ejemplo en la construcción de nuestra sociedad.
Este mes de abril me he encontrado con que el día 22 es el día internacional de la madre Tierra. Ante esta fecha, me han venido a la mente las palabras de san Francisco en el Cántico de las Criaturas: “y por la hermana Tierra, loado mi Señor. La hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores de color y nos sustenta y rige, ¡Loado, mi Señor!”.
El promotor fue el senador estadounidense Gaylord Nelson quien decidió instaurar este día para concienciar a la población de los problemas comunes que nos afectan en torno a la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales. Naciones Unidas reconoce que la Tierra y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad, y que, para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras es necesario promover la armonía con la naturaleza. Esta celebración nos ayuda para crear una conciencia común a los problemas medioambientales. Su objetivo es subrayar la importancia del uso responsable de los recursos naturales así como de una educación ambiental.
El cambio climático es un hecho, de modo que, aunque para muchos líderes políticos parece que el problema les queda algo lejano, este es el día en el que también a ellos les llegue el aviso de que es momento de cambiar y de hacer algo por el cuidado de comunidades enteras, animales y personas de todo el mundo.
El cuidado de la tierra, de la madre tierra, nos coloca de lleno en uno de los elementos centrales de la experiencia de Francisco de Asís. Con las palabras del papa actual en la encíclica Laudato Sí, nº 10, afirmamos que en Francisco de Asís “se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres el compromiso con la sociedad y la paz interior”.
Benjamín Echeverría
Ministro Provincial de Capuchinos de España