Raniero CANTALAMESSA

Raniero CANTALAMESSA

Con 86 años el predicador de la Casa Pontificia fue creado cardenal en el Consistorio el día 28 de noviembre: “no es un reconocimiento a mi persona sino a la Palabra de Dios”.

Desde hace 40 años el padre Raniero Cantalamessa OFM Cap. predica a los Papas en los tiempos fuertes de la Iglesia como el Adviento y la Cuaresma. Tiene un rostro tranquilo, la voz suave y la simplicidad de quien conoce bien las Sagradas Escrituras y por esto con claridad explica y argumenta sobre el amor de Dios. 

El 23 de junio de 1980, Juan Pablo II lo eligió predicador de la Casa Pontificia, por 15 años fue también una presencia en la televisión predicando el Evangelio en la transmisión “Le ragioni della speranza”. En la historia del fraile capuchino, ordenado sacerdote en 1958 y doctorado en Teología en Friburgo, hubo muchos signos. Entre ellos, la fundación en 1969, con Giuseppe Lazzati, del Departamento de Ciencias Religiosas en la Universidad Católica de Milán. También el encuentro con la Renovación en el Espíritu, la gracia más grande de su vida – explicó varias veces el padre Cantalamessa – que se derramó también en el camino de unidad de los cristianos en el cual está constantemente comprometido.

Incondicionada es la estima que le tienen los hermanos de diversas confesiones: en 2015, por ejemplo, pronunció un sermón en el Sínodo general de la Iglesia anglicana en presencia de la Reina Isabel II, en la Abadía de Westminister. 

La prédica que recibo…

El domingo el Papa Francisco pronunció su nombre en la lista de cardenales. Una sorpresa para él que desde hace años vive en el Eremitorio del Amor Misericordioso de Cittaducale, en la provincia de Rieti, prestando su servicio sacerdotal a una pequeña comunidad de monjas de clausura.

R. – Es evidente que más que un reconocimiento de la persona es un reconocimiento a la Palabra de Dios, aunque tiene más mérito quien escucha que quien la proclama. Demos gloria al Señor por esto. 

Muchas veces sus predicaciones tan profundas no son sólo apreciadas por el Papa, sino que también son propuestas también en las redes sociales. Es hermoso para un mundo que hace esfuerzo por escuchar…

R. – Debo decir que yo mismo me admiro, pero no por mis palabras sino por quien escucha. Porque pensar que un Papa como Juan Pablo II, Benedicto o también Francisco encuentren el tiempo para estar y escuchar a un pobre y simple fraile capuchino es un ejemplo que ellos dan a toda la Iglesia, ejemplo de estima por la Palabra de Dios. En cierto sentido son ellos que me predican a mí. 

En la elección de los nuevos cardenales hay también un reconocimiento a la familia franciscana: está usted, también el padre Gambetti. ¿Cómo lee este signo?

R. – El Papa Francisco lleva este este estilo propio a todas las cosas. Francisco está un poco en medio de todas las cosas, incluyendo la última encíclica que escribió. Pero no quisiera dar demasiado peso al hecho que esta vez haya un cierto número de franciscanos, en el pasado estaban presentes los Jesuitas. Pienso que él no tiene en cuenta tanto los factores de las órdenes religiosas sino otros elementos.

¿Cuál será el rasgo que, según usted, puede marcar este nuevo compromiso al cual está llamado?

R. – Pienso que continuaré por el momento, hasta que el Señor me dé suficiente salud y el Santo Padre lo quiera, con mi actividad principal. Si lo permite la pandemia y si no tengo órdenes en contrario, quisiera retomar en este Adviento, dentro de poco.

Usted dijo que este nombramiento lo sorprendió también por la profundidad del afecto por parte de los líderes de diversas confesiones religiosas…

R. – Es verdad, es verdad, recibí muchos correos electrónicos y también de parte de algunos amigos judíos. Me alegra mucho, porque una de mis pasiones es la de favorecer la unidad y el diálogo, sobre todo la unidad entre los cristianos. En un a ocasión como esta, ver esta respuesta es un signo de reencuentro que no se refiere a mi persona, sino que es un detalle del gran compromiso del Papa Francisco por construir puentes.

El Papa Francisco al concluir la lista de los nuevos cardenales pidió la oración por vosotros y también vuestra ayuda en el servicio a la iglesia y al pueblo de Dios…

R.- De hecho, para mí, teniendo en cuenta el significado honorífico más que efectivo de este título, el fin es la alegría de poder estar cerca del Papa y sostenerlo con la oración y la Palabra.

¿Hay una persona en particular o un momento de su vida de religioso que le vino a la mente cuando sintió su nombre en el Ángelus?

R. – Claro. Una figura que para mi tuvo un gran relieve en mi vida fue la del padre Pascual Rywalski que era superior general cuando el Señor me llamó a dejar la enseñanza universitaria para dedicarme a la predicación. A él y a su discernimiento le debo esta elección que luego, paso a paso, me llevó a ser predicador de la Casa Pontificia y también a dar vueltas por el mundo y guiar ejercicios espirituales, incluidos los del año pasado a los obispos de los Estados Unidos. Era mi director espiritual, que en ese momento de cambio en mi vida jugó un papel particular.

Benedetta Capelli (Ciudad del Vaticano)

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