Fusión de Hierro y Fe

Fusión de Hierro y Fe

Entrevistamos a Xema Teno, Autor de la escultura "Jesús de Medinaceli", una composición realizada en hierro para la Basílica de Ntro. Padre Jesús de Medinaceli. A comienzos del mes de septiembre, el Hno. Benjamín y un servidor, viajamos a Campo de Criptana para conocer de primera mano el estado de la escultura encargada al artista Xema Teno.

Xema, ¿Cómo recibiste el encargo?

Para mí fue una sorpresa, no me esperaba esa llamada, concertamos una visita en el taller para que vieran in situ mi forma de trabajar y lo que podía hacer según la idea que habían captado en la iglesia con un regalo que habían recibido. Pensaba que la persona que les había hecho el regalo les había hablado de mí, pero no, fue casual porque la obra les había llamado la atención. Llegamos al acuerdo de hacer un prototipo y cuando lo tuve terminado quedamos de nuevo pero en vez de en mi taller de Criptana lo hicimos en la Basílica allí en Madrid. Cuando llego, espero a Miguel Ángel y a Benjamín, y casualmente aparece por la calle de arriba la persona que les había hecho el detalle. No habíamos ido juntos pero todos habíamos coincidido allí frente a la Basílica. Fue una anécdota de lo más bonito a la hora de comenzar este encargo.

La escultura es más que una mera representación del sagrado Jesús de Medinaceli, es una confluencia de historia, fe y arte. Forjada en hierro, el material se transforma de un elemento robusto y frío en una representación tierna y espiritual del Redentor. ¿Cómo se comienza a fraguarse una obra para obtener la expresividad de esta imagen?

Cuando empecé con los primeros dibujos hice varios prototipos, a analizar un archivo grande de documentación y fotografía, hice una maqueta en arcilla, luego en cartón y fui viendo porque quería jugar con los espacios y el material. Se creó el prototipo final, la maqueta, y conforme iba haciendo la maqueta analizaba cómo había que realizarla en el momento de trasladarla a las dimensiones reales. Con los años de experiencia ya tienes ciertos recursos para plasmar esa expresividad en la cara y que luego quede muy equilibrada y una figura completa. 

 

 

Me gustaría que hablaras un poco de la simetría de la imagen ya que desde cada ángulo que se observa tiene una expresividad diferente.

A la hora de hacer la escultura una de las cosas que para mí era muy importante, a parte del conjunto en sí eran las manos y sobre todo la expresividad de la cara. Buscaba que desde diferentes ángulos ofreciera diferentes percepciones y que no fuera lo mismo mirarlo de frente que desde diferentes perfiles. Que en cada ángulo se percibiera esa serenidad y a la vez que transmitiera esa sensación de "sé dónde me estáis llevando". Triste pero sereno a la vez.

Jugamos un poco con ciertas líneas para generar algo de volumen. Algunas cosas un poco surrealistas, como la lágrima que si no la pones perdería toda la esencia, esa doble ceja, la fantasía de la barba sin que tenga ni siquiera boca, es de esos aciertos por los que considero que la escultura está muy terminada. 

A mí me atrae la idea de una fusión de hierro y fe. El hierro, con su fortaleza y resistencia inherentes, simboliza a menudo la firmeza y la resiliencia. En este contexto, puede representar la fuerza invencible de la fe cristiana, así como el sacrificio y la pasión de Cristo. Pero, ¿Qué crees que puede pensar un devoto del Cristo cuando vea la Imagen?

Creo que el visitante va a percibir algo que yo he vivido aquí en el taller porque incluso a la gente que yo he considerado hasta más tradicional y le gusta mucho la imaginería, ha sido una sorpresa ver la reacción que han tenido al ver la escultura, incluso de emocionarse, terminar de verla y casi necesitar darme un abrazo.  Ha sido algo muy bonito. Yo he percibido todo, lo que es la realización, el desarrollo, desde el inicio del proyecto hasta el final, y cómo la gente se emociona con una escultura de hierro sabiendo que es un material tan frío, entonces creo que he conseguido acertar en esa expresividad y en el sentimiento de esa gente tan devota que tiene hacia esa Imagen. 

Danos una visión de la Imagen desde lo que es el arte en la Mancha...
Lo que también he querido transmitir en la obra es esa devoción que hay aquí en la Mancha hacia el "Medinaceli". Es algo que me hace estar más interiorizado para poder trabajarla y por supuesto terminarla. 

Las sinuosas curvas y detallados acabados de la escultura, obtenidos mediante técnicas tradicionales de forja, muestran no solo el virtuosismo del artista, sino también el camino tortuoso que Jesús recorrió en su viaje terrestre.

El rostro de Jesús, aún siendo de hierro, irradia una serenidad y una profundidad que capturan la esencia de su mensaje de amor y compasión. Sus ojos, aunque no poseen iris ni pupila, parecen mirar al espectador, invitándolo a reflexionar sobre su propia fe y su lugar en el cosmos espiritual.

El uso del hierro forjado aquí es intencional y significativo. A diferencia de otros materiales más maleables o delicados, el hierro exige respeto. Su transformación en esta delicada figura es un testimonio del poder del arte para cambiar nuestra percepción de lo que es familiar y darle un nuevo significado.

Esta escultura es, en definitiva, un homenaje a Jesús de Medinaceli y a la tradición artística de la forja. Es un recordatorio de que, al igual que el hierro puede ser moldeado y transformado en manos expertas, así también nuestras vidas pueden ser formadas y dirigidas por la poderosa mano de la fe.

Xema, ¿Qué mensaje te gustaría dejar para los devotos de Jesús?

Quiero aprovechar la ocasión para agradecer a quienes han confiado en mí y que hayan creído en mi trabajo porque para mí es un orgullo que tanto Benjamín como la gente de la Basílica hayan confiado en mí y si con esta escultura se consigue que se fomente esa imagen de Jesús de Medinaceli para mí es un orgullo y objetivo cumplido. 

Benjamín Echeverría
Luis López

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